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8 Distracciones comunes del escritor y cómo lidiar con ellas


8 Distracciones comunes del escritor y cómo lidiar con ellas


Te levantas un día muy de mañana, con toda la inspiración del mundo, las neuronas a punto de estallar, las ideas a flor de piel y todos tus personajes volando alrededor de tu cabeza al estilo de una antigua de las caricaturas; y te dices «hoy voy a escribir algo genial». Es ahí donde se desata el infierno. Por más que intentas pretender que no existe nadie más en la tierra y que no tienes otras cosas que hacer, el mundo se empeña en pinchar tu burbuja de fantasía y recordarte lo equivocado que estás. Treinta segundos después de haberte sentado, comienzan las DISTRACCIONES.

En este post, voy a enumerar las que me afectan directamente, aunque estoy seguro que ustedes podrán encontrar muchísimas más y espero que no se queden con las ganas de contármelas.

Así es, la vida de los escritores es más difícil de lo que muchos piensan, pero acá intentaré también aportar algunas soluciones.



1- El Internet

Ya sea YouTube, google, los blog de nuestros compañeros escritores (sí lo sé, esto es un blog, pero no te vayas a poner a escribir sin terminar de leer antes), las diabólicas redes sociales o las miles de opciones que nos ofrece el internet para perder el tiempo hoy en día. El caso es que este es el peor enemigo de los que queremos sentarnos a escribir. Y bueno, todos necesitamos algo de distracción o incluso buscar inspiración en línea, pero no debemos abusar.

Solución: Te recomiendo un par de programas bastante útiles Stop Procrastinating, este se encarga de bloquear el internet (se usa para casos extremos de poca fuerza de voluntad) y Buffer, para programar las entradas de tus redes sociales (esto no quiere decir que no vigiles tus redes, solo que las programes y las visites unas dos o tres veces al día, por periodos cortos de tiempo).



2- La Tv

Si la novela está en su parte más emocionante (hay que verla, porque después de habernos tragado todo el relleno, no puede ser que perdamos los capítulos buenos), si la novela está transmitiendo puros capítulos de relleno (hay que verla porque de un momento a otro va empezar lo bueno). Las series, malditas series, tienen la capacidad de hipnotizarnos a tal punto que el día que estrenan el capítulo nuevo, la ansiedad es incontrolable y terminamos buscando nuestro refresco favorito, algo para picar y nos sentamos en nuestro cómodo sofá a disfrutar de "Once upon a time", "The walking dead" o cualquier otra que sea de su agrado. Por cierto, el 24 de abril a la noche, no estaré disponible. Necesito saber que se le ocurrió a HBO para el destino de "Jon Snow" y qué idea nueva tienen para destruir los libros de "Juego de Tronos".

Solución: Elige muy bien lo que vas a ver y no abuses, no te puedes estar todo el día pegado a la tv.



3- El móvil

Yo no sé el de ustedes, pero el mío por lo general no para de sonar, entre llamadas, emails, mensajes y notificaciones, es una locura sin importar si es mañana, tarde, noche o madrugada. Y adivinen ¿qué?, nunca es una emergencia.

Solución: Apágalo.



4- Los Compromisos sociales

Los escritores por lo general somos bastante solicitaros, pero hasta el más ermitaño recibe invitaciones de vez en cuando, para salir de fiesta, un bautizo boda, convención de comics, aquelarre o el más común de todos (vamos por una cerveza, que se convierte en una tras otra).

Solución: No la hay, tampoco puedes estar encerrado de por vida, sí tienes ganas de ir, pues ve y si no tienes ganas debes aprender a decir que NO.



5- Las Ganas de hacer otra cosa

Muchas veces nos sentamos a escribir con ganas de algo de hacer algo más, desde la necesidad de hacer una visita técnica al cuarto de baño, pasando por las ganas de comer algo, una llamada telefónica, o algunas cosas que requieran algo más de tu tiempo.

Solución: Si hay alguna cosa que requiera tu inmediata atención y se va interponer entre tú, la concentración y tu borrador. Hazlo antes de comenzar, luego podrás ser mucho más productiv@.



6- El tiempo

En un mundo perfecto, todos los escritores podríamos dedicarnos a escribir sin pensar en nada más y sacaríamos libro tras libro y se venderían cada vez más y no tendríamos que trabajar en otra cosa y tendríamos dinero para pagar a otros para que poden el jardín y hagan el resto de cosas para las que a nosotros no nos alcanza el tiempo. Ahora sí, volvamos a la realidad, la mayoría no vivimos en ese mundo perfecto y tenemos que cumplir con montones de responsabilidades que ameritan nuestra atención.

Solución: Traza metas diarias, la mayoría lo hace por cantidad de palabras y puede ir de acuerdo a tus posibilidades (3000, 5000, 10000 palabras). Puedes usar un sistema de recompensas. Por ejemplo: "Cuando termine mis palabrs de hoy me doy permiso de ver el capítulo nuevo de "Juego de Tronos", o de comer ese pedazo de pastel de chocolate".



7- La Familia

Para mi este es de los más difíciles. La familia tiende a creer que como estás en casa y no ven una oficina, ni un jefe, tienes tiempo para todo lo que se les antoje. Algunos no toman tu escritura como algo serio y lo ven muy alejado de «un trabajo real». Y aquí interactuan TODOS, la pareja, los hijos, la MADRE... (de mi madre mejor no hablo porque me lee y quiero evitar problemas), hasta el perro y el gato te interrumpen en un buen día de esos donde te gustaría desaparecerlos a todos por algunas horas (los menciono en este apartado porque para mi las mascotas son de la familia).

Solución: Debes sacar tu carácter y hacerles entender que lo que estás haciendo es importante para ti, que te molesta que interrumpan. Y lo más difícil, pero también lo más importante, no cedas, mientras estés escribiendo, no importa lo que quieran o necesiten, tú no te levantes de tu silla a menos que se esté quemando la cocina o un terremoto comience a sacudir con violencia tu librero. No se consigue de la noche a la mañana, pero practicando frente al espejo tu mirada con ojos de escopeta de doble cañón y manteniéndote firme, a la larga lo comprenden.



8. Juegos de video

Hemos llegado a mi "talón de Aquiles" y de muchos otros, no sé por qué, pero muchos escritores guardamos una relación muy cercana con los video juegos, una relación casi pasional y adictiva. Para esta distracción, aún no encuentro una solución razonable. Mientras escribía el borrador de este post, me he parado al menos cinco veces para completar mis misiones de "Hay Day".

Solución: Sí pueden recomendarme alguna útil para luchar contra esta adicción, estoy abierto a sugerencias.



Espero que les haya gustado y que se animen a comentar sus distracciones y los métodos que utilizan para someterlas y no dejar que los controlen.

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